La familia que habita esta casa victoriana de cuatro plantas, ubicada en el norte de Londres, tiene una curiosa afición. Coleccionan huevos de las diferentes zonas del planeta a las que viajan y les han encontrado un original lugar donde exhibirlos. Los pegan a la pared con una pistola de silicona. Esta idea decorativa tan singular invita a curiosear en el resto de la casa.
El salón y la luminosa cocina están comunicadas gracias a un amplio vano abierto y un pavimento de tarima continuo, que las convierte en una misma estancia. La cocina está diseñada por Espresso.
Los propietarios han convertido una de las paredes del salón en una librería. Los techos altos les han permitido continuarla incluso por encima de la puerta. Sobre un fondo blanco, acumulan sus tesoros personales y su inmensa colección de libros sin que el ambiente resulte sobrecargado.
En esta casa no solo se vive, también se trabaja. Para ello, cuentan con dos despachos. Su dueño se presta a salir en uno de ellos, que dispone de un balcón para airear las ideas. En el suelo, la alfombra Yamamak, en The Rug Company.
También es espacioso su dormitorio, con una zona que utilizan a modo de sala de estar. Un detalle: han conservado las antiguas puertas de madera. La cama, para que veamos que no todo se escapa a nuestras posibilidades, es de Ikea.
Imágenes vía House To Home
La blancura de todas las superficies del baño transmite sensación de limpieza y el toque divertido lo pone la lámpara de papel en forma de pez que pende del techo.
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